miércoles, 29 de mayo de 2013

Jerónimo Arroyo, vigilante de la O.R.A.

Jerónimo Arroyo, 2013 Abbé Nozal
Jerónimo Arroyo, arquitecto eterno gracias al bronce de Luis Alonso, ha aprovechado un descuido del paisanaje para pasar al lado oscuro de la Fuerza y ejercer de vigilante de la O.R.A. por un ratito, lo cual es en su caso, condenado a la fría quietud del metal, un lujo.
Y, favorecido por la suerte del principiante, ha tenido la oportunidad de sancionar a un vehículo y así resarcirse del tiempo que llevaba sin decir ni mu. Consciente de que enseguida tendrá que regresar a su ocupación rajoyana -no hacer nada, permanecer quieto-, se ha permitido un alarde y le ha clavao al Ayuntamiento -propietario del camión infractor- una multa de un millón de euros por aparcar en zona prohibida. La receta, en bronce. Y el ejemplo también, pues hoy día los arquitectos aspiran a rentabilizar sus años de estudio obteniendo al menos una plaza como vigilante de la O.R.A.