miércoles, 28 de enero de 2015

Los árboles del Ayuntamiento no son del Ayuntamiento

Los árboles del Ayuntamiento, 2015 Abbé Nozal
 
    Los árboles del Ayuntamiento no son del Ayuntamiento, son nuestros. Sí, los árboles de la ciudad son de los ciudadanos, de todos, a partes iguales. Yo tengo una parte alícuota de cada chopo, de cada pino, de cada olmo; sin embargo disfruto de ellos, de su sombra, de su belleza, de su composición y su porte, como si fueran míos por completo.

    Tienen los munícipes la noble misión de cuidar de nuestros árboles, que es como cuidar de nuestros sueños. Por eso talar un sólo árbol exige dar numerosas explicaciones. Y si se quieren talar cuarenta y uno (41) entonces se requiere además un plan de emergencia, dos tratados de geometría y cuatro estudios clínicos sobre la conjunción astral que asistirá al momento en que el hacha del verdugo ponga fin al primer olmo sentenciado.

    No basta con el informe técnico de la experta en jardines, por muy bien documentado que esté, se precisa además otro informe completo del especialista en versos sueltos y aún otro del paseante más viejo del lugar que señale su olmo preferido y uno más del joven recitador de emociones que ayer mismo dibujó un corazón en la corteza, atravesado por una flecha que lleva las iniciales de su amor. No le está permitido a ningún técnico en jardines meterse en el jardín de un sentimiento colectivo.

    No es lícito, desde el punto de la ética, perpetrar una tala alegando un futurible. Cuando el paso de los años ha logrado un bellísimo olmedal, se actúa sobre él como el sentido común anticipa: si un árbol enferma, se le cuida; si muere, se le sustituye. Para cualquier otra actuación, por favor, pidan antes informes técnicos a los verdaderos expertos en jardines, que son los músicos, los pintores y los poetas. Gracias.

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